Innovación y tecnologías para la producción de carne en rodeos comerciales
Comienzan los meses más fuertes de la temporada de carne y el productor ganadero enfrenta muchas decisiones a tomar que serán determinantes en el resultado final.
La producción ganadera, es una actividad de largo plazo en donde a la decisiones de corto se le van sumando factores que requieren mucha atención tanto en el manejo como en el resultado final.
La primera elección está en la genética
La decisión de la genética a emplear hoy resulta ser una variable clave no solo para obtener vaquillonas con un alto porcentaje de preñez y facilidad de nacimiento. Sino que también a través de la genética, hoy se pueden lograr terneros que al destete logren el 50% del peso de la madre, un objetivo que prepara el animal para que la próxima etapa de desarrollo sea más veloz y más eficiente en la ganancia de kilos.
Para empezar, hay intereses que muchas veces parecen contrapuestos entre un criador y un invernador. Mientras que el criador en general, busca que las vacas se preñen fácilmente, sean rústicas y soporten inundaciones y sequías, y no generen grandes necesidades de alimentación, las expectativas de un engordador apuntan a tener un “avión a chorro que engorde 2 kg. más por día-.
Esto marca una necesidad que tiene hoy el negocio ganadero de limar esa diferencia de intereses entre dos etapas de la producción que, a veces las integra una misma persona, y que se pueden asemejar a las figuras de Fiat 600 vs una Ferrari.
El margen de mejora que existe en la ganadería es muy grande e incluso hoy a través del uso de la genética, es posible cambiar la curva de crecimiento de los animales además de poner en práctica una serie de manejos para producir más kilos en menor tiempo.
Los toros probados y la importancia de la medición
La ganadería moderna, hoy tiene la posibilidad de elegir las mejores características que se adapten a su necesidad. Está claro que la información de altura o frame sirve si es que no hay otra información. Ahora bien, hoy es posible saber cómo y qué transmiten estos animales los caracteres a sus crías, y eso vuelve mucho más precisa la información para la toma de decisiones balanceando esta información con la experiencia y análisis fenotípico de las distintas líneas se pueden lograr grandes cambios.
Aca entran a jugar los DEP (Diferencia Esperada Entre Progenies). Un DEP da la información de lo que el animal produce, independientemente de cómo luce. El uso de los toros probados con números es una manera de hacerlo, sumándolo a lo que cada productor ya viene haciendo. “La importancia de entender cómo trabajar con los DEP es un punto de partida”.
A diferencia de la lechería, en donde toda la selección se basa en DEP -ya que existe información para todos los rasgos-, en las razas de carne aún resta tener el seguimiento de rasgos sumamente importantes como son calidad de ubre, longevidad, sanidad de pezuñas.
Sin embargo, existen hoy los toros “Curve benders.”, que son aquellos que presentan una curva de crecimiento atípica: nacen muy pequeños y luego tienen un crecimiento exponencial para compensar e incluso superar los kilos al destete de un ternero nacido de una vaca y generan la posibilidad de reducir al mínimo las distocias en vaquillonas, sin resignar kilos al destete. Esto sólo es posible mediante el uso de DEP
Un programa de genética y de inseminación artificial comienza con estas decisiones y que al final del partido, con buenas estrategias de alimentación, sanidad y manejo, logran que la producción ganadera de carne logre su máximo desarrollo en el menor tiempo posible.
Menos tiempo y más carne
Estas tecnologías, que alguna vez parecían exclusivas de las cabañas, hoy se están aplicando en muchísimos rodeos comerciales posibilitando así una actividad más intensiva, más monitoreada, con mejor información y definición de resultados esperados donde la inversión de tiempo, dinero se ven maximizadas en más kilos de carne en el menor tiempo posible
La diferencia que existe cuando el novillo viene de un rodeo donde las vacas están bien seleccionadas y producen terneros más pesados y menos dispersos, genera mejores resultados en la en recría y en el engorde pastoril. Por esas causas, vender un novillo tres meses antes o después es muy relevante para el negocio y poder incidir en ese tiempo responde a un conjunto de decisiones, entre ellas la genética con todos estos avances arriba mencionados.